Conoce cómo la Ley Fintech en Chile impacta a empresas, qué regula y qué oportunidades abre para crecer en un ecosistema financiero más confiable.
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04-11-2025
Chile dio un paso clave en el desarrollo de su ecosistema financiero con la entrada en vigor de la Ley Fintech.
Aunque ya está en marcha, todavía muchas empresas (y también personas) desconocen su verdadero alcance. Su foco está puesto en dar seguridad jurídica, proteger a los consumidores y empujar la innovación responsable en el mundo financiero digital.
En otras palabras, la Ley Fintech no es solo una obligación legal para ciertos modelos de negocio: es una gran oportunidad para aquellas empresas que buscan profesionalizar su operación, acceder a nuevos mercados y generar confianza en un entorno financiero cada vez más exigente.
¿Qué es la Ley Fintech y a quiénes aplica?
Para entender el impacto de esta normativa, primero hay que definir qué es una fintech.
El término viene de “financial technology” y se refiere a aquellas empresas que utilizan tecnología para ofrecer servicios financieros de forma más eficiente, accesible y centrada en el usuario.
En este universo entran plataformas de pago, bancos digitales, herramientas de crowdfunding, crowdlending, asesoría financiera automatizada (robo-advisors), intercambio de criptoactivos, y más.
Ahora bien, no es necesario ser un banco tradicional para estar bajo la lupa de esta ley. De hecho, uno de los objetivos es precisamente nivelar el campo de juego entre empresas innovadoras y actores financieros establecidos.
La Ley de Fintech, publicada en 2023 y oficialmente llamada Ley de Innovación Financiera, establece las reglas del juego para todas estas empresas.
Regula cinco servicios principales:
1. Plataformas de financiamiento colectivo (crowdfunding).
2. Sistemas alternativos de transacción (intercambio de instrumentos financieros).
3. Asesoría crediticia y de inversión automatizada.
4. Custodia de instrumentos financieros.
5. Enrutamiento y ejecución de órdenes.
Además, se reconoce un principio clave: la proporcionalidad, es decir, no todas las empresas deben cumplir los mismos requisitos. Estos se ajustan al tipo, tamaño y riesgos del servicio ofrecido.
Entonces, ¿a quiénes aplica? A toda empresa que ofrezca alguno de estos servicios tecnológicos financieros en Chile, incluso si su casa matriz está en otro país. También a quienes manejen datos financieros de terceros o actúen como intermediarios de inversión digital.
Cumplir con la ley también es una ventaja competitiva
Más allá de evitar sanciones o multas, adaptarse a la normativa abre oportunidades reales de crecimiento.
Para muchas empresas fintech en Chile, el cumplimiento normativo puede convertirse en un motor de desarrollo estratégico.
Aquí algunas de las principales ventajas:
Acceso a nuevos mercados y financiamiento
Estar registrado y supervisado por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) da a las fintech un sello de seriedad.
Eso genera mayor confianza entre inversionistas, fondos de venture capital y bancos, lo cual puede traducirse en acceso a capital con mejores condiciones.
Por otro lado, facilita la expansión regional, ya que otros países valoran la regulación chilena como sólida y clara.
Más confianza, más clientes
En un contexto de creciente preocupación por la privacidad de los datos y la seguridad digital, operar bajo la ley de fintech es un diferencial.
Los usuarios valoran saber que sus datos están protegidos, que existe trazabilidad y que hay un organismo que fiscaliza las operaciones.
Para empresas B2B, esto también es clave: muchas grandes compañías solo trabajan con proveedores financieros que estén regulados.
Alianzas estratégicas dentro del ecosistema
Al integrarse en un entorno regulado, las fintech tienen mayores posibilidades de colaborar con bancos, aseguradoras, empresas tecnológicas e instituciones públicas.
Esto no solo amplía su impacto, también mejora la calidad de los servicios financieros disponibles para personas y empresas.
Estandarización y escalabilidad
La Ley obliga a implementar ciertos estándares operativos, contables y tecnológicos. Si bien puede parecer exigente al principio, la medida facilita la escalabilidad.
Tener procesos claros y auditables permite crecer más rápido, responder ante inversionistas y adaptarse con agilidad a otros marcos regulatorios.
Según cifras reportadas por Forbes Chile, el ecosistema fintech en Chile no ha parado de crecer. Alcanzó las 348 startups activas en 2024, lo que representa un aumento del 16 % anual. Si bien el ritmo de crecimiento se ha moderado en comparación con años anteriores (fue de 34,1 % en 2022 y 25 % en 2023), también lo ha hecho la tasa de salida de proyectos, que hoy es de apenas 10,7 %.
¿Qué reflejan estas cifras? Una maduración y consolidación del ecosistema, donde las empresas que sobreviven tienden a profesionalizarse, captar inversión y operar bajo marcos normativos claros como la Ley Fintech.
No es solo para startups: oportunidades para empresas tradicionales
Un detalle importante: la Ley no solo aplica a startups. Muchas empresas tradicionales están explorando o ya desarrollan proyectos fintech dentro de sus operaciones.
Por ejemplo:
Retailers que ofrecen financiamiento directo a clientes mediante plataformas digitales.
Empresas de servicios que implementan billeteras electrónicas para sus usuarios.
Constructoras que habilitan pagos digitales o créditos en línea a través de alianzas fintech.
Incorporar tecnología financiera regulada mejora la eficiencia, reduce costos y aumenta el control sobre los flujos de caja. Además, permite entregar una experiencia más integrada y transparente al cliente final.
En ese contexto, plataformas como Duemint ayudan a empresas de todos los tamaños a gestionar su tesorería digital de forma profesional y centralizada.
Automatizar pagos, monitorear ingresos y organizar la información financiera no solo mejora la salud financiera de la empresa: también facilita el cumplimiento normativo ante la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) o el Servicio de Impuestos Internos (SII).
Puntos Técnicos Críticos de la Ley Fintech para Empresas
Área | Descripción técnica relevante |
Ámbitos regulados | La Ley Fintech regula 5 servicios: crowdfunding, sistemas de transacción, robo-advisors, custodia digital y enrutamiento de órdenes. No regula todos los modelos fintech, pero sí los que gestionan recursos o inversiones de terceros. |
Registro obligatorio | Las empresas que operen servicios regulados deben inscribirse en el Registro de Prestadores de Servicios Financieros ante la CMF. Esto aplica también a extranjeras con operaciones en Chile. |
Requisitos operativos clave | Implementar sistemas de gestión de riesgos, planes de continuidad operacional, seguridad de la información, trazabilidad de operaciones, y políticas contra lavado de activos (PLA/FT). |
Impacto en empresas no fintech | Empresas tradicionales que integren soluciones financieras (pagos digitales, financiamiento a clientes, billeteras virtuales) deben evaluar si sus modelos quedan alcanzados por la ley. |
Conexión con Open Finance | Obliga a bancos e instituciones a compartir información de clientes, con su consentimiento, vía APIs estandarizadas. Esto permite a fintechs ofrecer servicios financieros personalizados y multi-institución. |
Regulación como camino al crecimiento
La Ley de Fintech en Chile no llegó para poner barreras, sino para construir puentes. Establece reglas claras para un sector que hasta hace poco operaba en una zona gris. Al hacerlo, protege a consumidores, ordena el ecosistema y permite a las empresas desarrollarse con solidez y proyección.
Cumplir con la normativa no debería verse como un costo, sino como una inversión. Una oportunidad concreta para innovar con respaldo legal, para generar confianza y para abrir nuevas vías de financiamiento y colaboración.
Y no solo para startups. Cualquier empresa que implemente tecnología financiera (ya sea desarrollando sus propios servicios o integrando soluciones externas) puede beneficiarse. Los proyectos fintech bien diseñados, bajo un marco regulatorio claro, son un motor de crecimiento.
Por eso, si tu empresa está dando sus primeros pasos hacia la digitalización financiera o ya tiene servicios digitales en marcha, es el momento de alinear tus operaciones con la Ley.
Duemint está diseñado para ayudarte a dar ese salto con seguridad y eficiencia.
Por eso, hemos preparado una guía descargable donde encontrarás información clave para entender el marco regulatorio de La Ley Fintech, identificar oportunidades y adaptar tu negocio al nuevo entorno financiero digital:
Preguntas frecuentes
1. ¿Qué empresas están obligadas a cumplir con la Ley Fintech?
Toda empresa que ofrezca servicios regulados por la ley, como crowdfunding, asesoría financiera digital, custodia de activos o enrutamiento de órdenes, debe inscribirse en la CMF y cumplir con los requisitos operativos.
2. ¿Una empresa tradicional que usa soluciones fintech debe preocuparse por esta ley?
Sí, si ofrece servicios financieros directamente o a través de plataformas integradas, podría estar alcanzada por la ley. Es clave revisar el modelo de negocio con un enfoque legal y técnico.
3. ¿Qué beneficios trae operar bajo la Ley Fintech?
Mayor confianza de inversionistas y clientes, acceso a financiamiento formal, posibilidad de alianzas con actores regulados y mejor preparación para expandirse en mercados internacionales.




